Pilar Lara
“Mi experiencia en la llamada “Ciudad Blanca” me ha permitido ahondar en mi interior y descubrir la mejor versión de mi misma."
He aprendido tanto con "mis niños" en la Casa Cuna Jesús Niño; con mis alumnos/as en clases de Inglés; con "mis lindos viejitos" en el comedor social (...) con esas gentes anónimas cuyas duras realidades enclavadas en áridos cerros me partían el alma...
A finales del mes de agosto llegó, procedente de Arequipa (Perú) Pilar Lara. Había pasado casi un mes apoyando en la misión de las comunidades que allí tenernos las Religiosas de San José de Gerona. Pilar ha estado sobretodo realizando refuerzo escolar, pues es maestra en nuestro colegio Sta. Teresa de Porcuna.
“Mi experiencia en la llamada “Ciudad Blanca” me ha permitido ahondar en mi interior y descubrir la mejor versión de mi misma."
Diversas han sido las tareas que he realizado como persona, como maestra. Así pues, el servicio, la atención y ayuda que presté se transformaron día tras día en constantes lecciones de vida pues todas esas personas con su actitud, su humildad, su fuerza, me enseñaron valores y actitudes que en España lamentablemente ya están olvidados.
He aprendido tanto con “mis niños” en la Casa Cuna “Jesús Niño”; con mis alumnos/as en clases de Inglés; con mis “lindos viejitos” en el comedor social; con los enfermos en la posta médica “San José de Tiabaya” que con gran diligencia atienden las Religiosas de San José de Gerona; con los niños “especiales” de “El Granito”, con esas gentes anónimas cuyas duras realidades enclavadas en áridos cerros me partían el alma…
Gracias a todos y cada uno de ellos he revivido sensaciones y valores tan auténticos, tan cristianos, tan profundos, que me hicieron llorar por dentro y, en ocasiones, también por fuera. Lágrimas de dolor, de rabia e impotencia pero, también, de felicidad al sentirme profundamente agradecida a Dios, al sentirme una privilegiada por vivir lo que estaba viviendo en primera persona...
Un agradecimiento especial a las Hermanas de la Comunidad de Arequipa, verdaderos testigos vitales del lema de María Gay pues se dedican a eso precisamente, a “aliviar el dolor y sembrar la paz” a diario. Rosario, María Luisa, Charo y Pascuala, gracias por vuestra acogida, por vuestro trato exquisito. Sin duda, esta experiencia ha sido mucho más enriquecedora gracias a vosotras. ¡Gracias por ayudarme tanto en todo!"
Agradecemos la disponibilidad de todas las personas que quieren compartir su vida con los demás. Estamos muy contentas de que el personal de nuestros centros esté sensibilizado hacia la obra social que realizamos y del apoyo que tanto Pilar como Chelo han recibido de sus respectivos centros de trabajo. No siempre es posible ir ni a África, ni a América Latina pero sí es posible colaborar de muchas formas; una de ellas es el trabajo bien hecho aquí; otra, apoyando y posibilitando que otros puedan hacer el viaje. Gracias a todos por vuestros esfuerzos.
Cristina Masferrer
Delegada general de pastoral