Carta de la Superiora General en el 211 aniversario del nacimiento de María Gay Tibau
24/10/2024
Carta de la Superiora General en el 211 aniversario del nacimiento de María Gay Tibau
Compartimos el mensaje de Rosa Masferrer, Superiora General del Instituto, para quienes forman parte de la institución, con motivo de la celebración del 211 aniversario del nacimiento de la Fundadora, María Gay Tibau
Retrato de María Gay Tibau, fundadora del IRSJG
Nuestra conducta “digna y convincente”
Prot. CSG/15/24
Bogotá, 23 de octubre de 2024
Siempre he admirado la claridad de otras congregaciones religiosas en explicar su “modo de evangelizar”. Generalmente tiene que ver con la “predicación” y también con otras formas creativas de presentar la “Buena Nueva de Jesús”. La palabra es clave en la trasmisión de la fe y en el anuncio del Evangelio, sin duda. Pero no sólo.
Siempre me había preguntado…. ¿y nosotras? ¿Cuál es nuestro “estilo propio de evangelizar”? ¿Qué método utilizamos?
Releyendo nuestra historia, los documentos antiguos y no tan antiguos, me he dado cuenta de que tenemos un estilo que nos es propio para evangelizar. Un método extraordinario que no empieza por la palabra; utiliza, “la palabra” sí, pero no en primer término ni de un modo estructurado previo. Con un discurso cerrado.
La clave la encuentro en el número 148 de las constituciones de 1984, aunque empieza a despuntar en las constituciones de 1972, en el número 177. En las Constituciones actuales lo encontramos en el número 78.
Tradición y actualidad. Quien está en el origen de esta novedosa forma de evangelizar es la gran maestra e inspiradora; la Veladora por excelencia; La Servidora incansable. MARÍA GAY TIBAU.
Recorramos juntas este método extraordinario y accesible para todas.
“Nuestra conducta digna, cercana y convincente, hará que los enfermos se nos abran con confianza, de modo que podamos decirles una palabra que despierte su fe y esperanza, como hacían nuestras primeras Hermanas que con el acento de su voz y palabras sembraban la paz en sus corazones, ayudándoles a descubrir el valor del sufrimiento, orientándoos hacia Cristo para ser por Él consolados, y a desear la gracia de los Sacramentos.” (Cons. 78)
1. Artífices de confianza
Nuestra vida y nuestras acciones, nuestra conducta habitual y especialmente cuando estamos “sirviendo y velando” ha de tener unas características que son esenciales para la credibilidad de nuestras palabras. Dignidad, cercanía y convicción. El modo como nos presentamos y hacemos nuestro trabajo abre las puertas de la confianza de quien estamos sirviendo, cuidando, acompañando. Nuestra figura, nuestro rostro con las múltiples expresiones que es capaz de mostrar, todo en nosotras “hará que se abran con confianza”.
2. Palabra que “despierta”
Palabra que se abre paso a través del relato de quien ha confiado en nosotras. Palabra nueva. Palabra limpia de interés. Palabra que llega a su destinatario pronunciada con la misma confianza recibida. Palabra que sugiere. Palabra que despereza lo más profundo del ser humano y lo hace emerger hacia la superficie para ser liberado, acogido, consolado, o para ser conocido y abrazado. Palabra que desata nudos añejos. Palabra que despierte la fe y la esperanza; la certeza de que hay camino para recorrer, que hay luz para avanzar, que hay motivo para levantarse y Vivir. Palabra que reconcilia. Palabra que descubre a Dios más cerca de lo que uno piensa.
3. Acento de voz
El tono de voz en la comunicación es fundamental, en cualquier terreno en el que nos movemos. Los mensajes transmitidos con claridad, seguridad y tono adecuado hacen que nuestras palabras sean más creíbles y la conexión emocional más potente.
Dicen los expertos en la materia que la voz es “…un potente instrumento que podemos utilizar para captar y mantener la atención con los interlocutores y para complementar, reforzar y matizar los mensajes orales.” Acento de voz y palabras son dos poderosos vehículos sanadores, donde los horizontes cerrados ven abrirse brechas para dar paso a lo que parece imposible o inalcanzable. Voz y palabra hacen posible que nos entendamos desde cerca y desde dentro. Hace posible la verdadera y efectiva comunicación humana.
4. Sentido y valor
La experiencia nos dice que lo primero que está en entredicho ante una desgracia, contratiempo o enfermedad; o simplemente algo inesperado, es el “sentido y el valor” de lo que nos acontece. Y aparecen los “por qués” que jamás tienen una respuesta que satisfaga nuestra demanda.
Cuando el hombre logra conectar el presente, lo real, con ese “sentido y valor” encuentra la paz, la serenidad y la fuerza para hacerle frente.
El “sentido y valor” de lo que nos ocurre –especialmente si es doloroso- no nos evitará el dolor o el trabajo para revertir o llevar hasta el final el proceso. No es magia que acalla o fulmina la realidad que vivimos. Es fuente de certeza, es fuerza que no se aparta, es lucha y determinación. Y paradójicamente puede llevar a la alegría.
Todos los modos de evangelizar llevan al mismo punto: Al Dador de Vida. Pero el nuestro, este método que aportó nuestra Madre María Gay Tibau, es actual y siempre nuevo. No consume demasiados recursos más que la voluntad e implicación de cada una. Somos portadoras de SALUD. Portadoras de BUENA NUEVA. Portadoras de DIOS.
Feliz día de María Gay Tibau.
Bendiciones de parte de Dios.
Rosa Masferrer Felip, rsjg
Superiora General